lunes, 20 de abril de 2009

La ciencia del corazón roto

Con todo y lo misterioso q puede ser el amor, la agonía de su pérdida es una experiencia aun mas abrumadora que lleva a los hombres a experimentar estados de desesperación desconocidos, ahora los investigadores han comenzado a ver a través de nuestra neblina de dolor y entender el proceso que desencadena nuestra tristeza.


''NO eres tú'', dijo Gabriela.
''en este momento, bueno, es que en ese momento...''
no recuerdo toda la banalidad que siguió, clichés que tropezaban tartamudeando a través de sus labios de una persona que había conocido tan íntimamente el día anterior. Me sentí paralizado y disociado. Como cuando de niño tuve un accidente automovilístico, solo entendía que algo terrible me había golpeado.
Gabriela salió del restaurante inmediatamente después del tiro de gracia. Era el día del amor y la amistada, y el lugar estaba repleto de parejas que celebraban. Finalmente, logre ponerme de pie, salí del lugar y durante el horas deambule por las calles en un estado de fuga alimentado por el shock.
Nos conocimos casi un año antes en una lectura de D.H. Lawrence. Los mejores puntos de women in love me pasaron completamente inadvertidos por lo distraído que estaba con los pómulos, los ojos grises, el largo cabello rubio recogido y la voluptuosa y atlética figura. Su belleza se apodero de mí y no me dejaba escapar.
Con mis novias anteriores, el sexo había sido una recreación extrema, tan divertida como la resbaladilla de agua a alta velocidad. Es una lástima, pero la emoción siempre pareció desvanecerse conforme me acostumbre a las curvas del curso. Esto no sucedió con Gabriela. En algún momento alrededor de nuestra marca de los seis meses, me percate que dejamos de tener sexo y comenzamos a hacer el amor, una distinción que previamente parecía como algo fabricado por 'expertos' en relaciones.
Conforme nos acercamos a nuestro primer aniversario, descubrí que había una estrecha empatía y un acercamiento de formas que nunca había sentido con otro ser humano. Gabriela era la mujer más inteligente y fascinante que jamás haya conocido. Me hacía sentir que yo era inteligente, ingenioso, atractivo, que valía; en resumen, que era uno de los triunfadores de la vida. al verlo en retrospectiva, es difícil imaginar un mejor escenario para un colisión.


A lo largo de la década pasada, tanto psicólogos evolucionistas y neurocientificos como investigadores farmacéuticos han aportado información fascinante acerca de la angustia desde una nueva perspectiva.
Las fuerzas que mantiene unidas a dos personas son poderosas, pero la disolución del amor es aun más potente, pues representa un trauma al cerebro y al cuerpo que en algunos casos no se puede diferenciar de la enfermedad mental.
''Un corazón roto se coloca entre los eventos de la vida más estresantes que puede experimentar una persona esta excedido en cuanto a dolor psicológico solamente por eventos horríficos como la perdida de un hijo''.
Al largo plazo, la ruptura de una relación puede ser extraordinariamente traumática, sobre todo para un hombre cuya compañera le fue infiel, repentinamente le anuncia que quiere un divorcio o fallece. Los investigadores han descubierto que el flujo de hormonas de estrés ligado a esos eventos puede debilitar al corazón, razón por la cual los médicos han denominado a este proceso Síndrome del Corazón Destrozado.
Incluso cuando el corazón no está literalmente roto, de cualquier manera la angustia sufrida puede ser letal. Los hombres rechazados se suicidan a una razón dos o tres veces mayor que las mujeres cuando enfrentan la misma situación, y la mezcla de dolor con alcohol por lo general lleva a experimentar accidentes automovilísticos, peleas, una serie de desventuras, aunque no sean calificados como suicidas en las actas de defunción.
Entonces, ¿por qué la angustia del corazón duele tanto? Para contestar ello, primero debes de comprender lo que verdaderamente estás perdiendo.

SOBRE LUJURIA, ATRACCION Y APEGO

El amor podría parecer una fuerza solitaria, pero los expertos ahora saben que por lo menos tres impulsos estimulan la necesidad imperiosa de aparearse. Cada uno de ellos, como expertos titiriteros dirigen nuestras acciones a través de varios neurotransmisores en el cerebro.
El más primitivo de estos impulsos es la lujuria, la cual nos lleva a buscar sexo con un rango de parejas. Esta es alimentada principalmente por la testosterona, por igual, tanto en hombres como en mujeres. Un escaneo con imagen por resonancia, ha destacado 2 regiones fuertemente asociadas con esta hormona de la calentura sexual: el hipotálamo, profundamente arraigado en nuestro cerebro 'reptiliano' y la pequeña amígdala, pieza clave para el procesamiento y la memoria de emociones fuertes.
El segundo y discutiblemente más potente de nuestros impulsos es conocido simplemente como 'atracción' en aves y mamíferos y como 'amor romántico' en humanos. A diferencia de la actitud lujuriosa de procrear con todos, el amor romántico es un sistema que concentra nuestras energías intensiva y selectivamente en una pareja preferida. En otras palabras es lo que sentimos cuando conocemos a 'la indicada' y decidimos conquistar su corazón. Desde una perspectiva evolucionista es un impulso altamente adaptable que mantiene los ojos fijos en el premio y evita que perdamos tiempo y recursos en prospectos que no son óptimos.

Los estudios de neuroimagen en mujeres y hombres que están locamente enamorados revelan una actividad significativamente elevada en la zona cerebral conocida como área tegmental ventral o ATV. ‘’esta es una parte muy primitiva del cerebro, que apareció en etapas muy tempranas de nuestra evolución’’. Las células en la ATV segregan y distribuyen dopamina, un neurotransmisor que promueve la motivación y la sensación de recompensa. La dopamina nos impulsa a buscar comida, agua, sexo y amor y, cuando logramos el objetivo, nos recompensa. ’’La dopaminaparece enviar un mensaje básico cuando el amor es reciproco: ’esto es bueno’. Es fundamentar para nuestra supervivencia’’.

Nuestro tercer sistema se llama ‘apego’ en animales, y ‘amor comprometido’ en humanos. Aunque es discutiblemente menos extravagante que los otros dos, este impulso es cardinal para cimentar los vínculos que resultan vitales para el cuidado cooperativo de los hijos. En los cuentos de hadas, el apego es el famoso ‘’y vivieron felices para siempre’’, en la vida real, con frecuencia se desenmaraña luego de criar a los hijos.

El apego nos es una proposición de rodo o nada, sino un proceso gradual que parece determinarse por otras dos hormonas que llenan el cerebro durante la intimidad: la oxitocina, denominada’ el compuesto de acurrucamiento’, y la vasopresina, un péptido que calma la tensión y que hasta ahora no tiene un apodo memorable.

En un intento por esclarecer lo que sucede cuando un apego se rompe, el doctor Todd Ahern, examino el impacto del retiro repentino de la pareja en el comportamiento del ratón de campo, un roedor sumamente social conocido por formar vínculos monógamos, ‘’Los machos que pudieron permanecer con su compañera no mostraron problemas en las pruebas estandarizadas que usamos como modelos para la depresión’’, ilustra. ‘’Pero a los machos cuyas parejas fueron retiradas tuvieron un desempeño mucho peor’’. Cuando los ratones acongojados recibieron una droga que contrarresta una potente hormona de estrés, su desempeño se normalizo. Por otro lado, los ratones a los que se les permitió conservar a su compañera no mostraron beneficios derivados de esta droga. La hipótesis principal, dice Ahern, es que los efectos de la separación son dobles, pues privan a los ratones de compuestos que alivian el estrés, como la oxitocina, y disparan su nivel de hormonas del estrés. El resultado es angustia y, en algunos casos, depresión.

A pesar de lo intrigante que resultan estos descubrimientos, los investigadores conceden que apenas están comenzando a comprender los cambios en la interacción de los genes, la química cerebral y los caminos neurales que participan en esto. ‘’El amor es una bullabesa en el cerebro, y ni siquiera estamos cerca de saber todo lo que sucede en esta sopa’’.

Quizá si Gabriela me hubiera rechazado antes o después en la relación, mi angustia hubiera cobrado una forma diferente, Todo lo que sé es que los ingredientes en mi propia sopa cerebral estaban burbujeando a todo hervor el día que ella dejo caer la caldera sobre mis piernas.

En los días, semanas y meses posteriores a mi masacre del Día del Amor y la Amistad, es difícil saber que dolió más. En cuanto al estado de ánimo, una persistente depresión alternaba con picos agudos de ansiedad, un fuerte equipo que me hacía imposible poder dormir o comer. Además, estos sentimientos eran alimentados por un flujo ininterrumpido de pensamientos e imágenes que me abruman noche y día.

Cuando llegaban a mi mente imágenes de Gabriela fornicando con alguien nuevo, me sobrecogían la ira y fantasías de venganza. En otras ocasiones, me sorprendía a mi mismo reviviendo recuerdos de ella en sus momentos más tiernos, dulces y vulnerables. La necesidad imperiosa de confortar de nuevo a Gabriela y hacerla feliz se convirtió en un tormento que peor que los pensamientos en los que la estrangulaba. Cuando enumeraba sus perfecciones, en vano intentaba negar cada una con alguno de sus defectos, incluso estos, servían solo para hacerla más humana y adorable.

La desesperación obsesiva es infinitamente inventiva, pues cuenta con la habilidad de saber lo que menos quiere escuchas quien está sufriendo. Es como estar atrapado dentro de una caja con una bocina que amplifica tu voz y continuamente anuncia tus defectos. No había nada que pudiera hacer para callarme.

En un camino paralelo a todo esto corrían los planes febriles de un adicto, el ansia de obtener un poco de ella se disparaba con prácticamente cualquier cosa. Podría ser el olor fugaz de su perfume, un lugar al que solíamos ir con frecuencia, canciones en la radio, un auto que vagamente se parecía al suyo. No podía escapar ni siquiera cuando dormía, pues tenía sueños recurrentes en los que ella no se había ido, sueños que se convertían en pesadillas al momento de despertar. Después de dos meses de esto, intente reemplazar a Gabriela con otra mujer. Era amable y bonita, peri su aroma era demasiado dulce. En una ocasión, cuando me abrazo, intente todo lo posible para evitar escupirle. Ella no era Gabriela, y eso era algo que yo no le perdonaba.

Mientras que Gabriela y yo estábamos juntos, la deseaba intensamente por el placer que me daba. En su ausencia, el goce parecía una insignificancia. Lo que ansiaba de ella era una cura para el dolor. Es fácil ver por qué la selección natural favorecía la capacidad de nuestros ancestros para sentir las recompensas del amor, algo que llaman ‘el opio cuerpo/mente’ del triunfo romántico. Más difícil de entender es por qué también desaparecieron la capacidad pasa sufrir cuando falla el amor. ‘’Así como la evolución ha instalado mecanismos de recompensa que llenan nuestro cerebro con placer cuando somos exitosos en el amor también nos equipo con circuitos cerebrales que entregan un punzante dolor psicológico cuando fallamos’’.

Esto intuitivamente no parece tener sentido alguno. Dada la forma como inhabilita la ruptura, ¿no estaríamos mejor si heredáramos genes que mejoren nuestra salid, de los que nos permitieran sacudirnos el rechazo y seguir sin perder el ritmo? como cualquier rechazado se pregunta llorando una y otra vez a sí mismo, ¿Qué bien puede derivar de tan persistente dolor? ‘’existe una predisposición automática a creer que solo los estados de ‘bienestar’ son adaptables y que todo lo que hace que nos sintamos mal es patológico, Pero de hecho hay muchos estados desagradables, como dolor, fiebre, nausea y diarrea, por ejemplo, que definitivamente no te hacen sentir bien y, sin embargo, son altamente adaptables’’.

COMO PUEDE EL AMOR JUGAR CON TU MENTE

Seguro que la amaste con todo tu corazón, pero tu mente también jugó un papel vital. Cuando estas enamorado, el área tegmental ventral del cerebro libera dopamina, la hormona que enseña a los adictos a desarrollar su amor por el crack. De ahí, el neurotransmisor viaja a la corteza prefrontal y a la cingulata, donde se une con la norepinefrina para crear el ‘éxtasis del enamorado’. Mezcla esto con los sentimientos cálidos creados cuándo el hipotálamo secreta oxitocina y vasopresina, y tienes la receta para una intensa adicción. Es por ello que estas en problemas si tu droga alguna vez decide empacar y salir por la puerta.

Protesta y Ríndete

En el libro A General Theory of Love, tres psiquiatras dicen que el rechazo romántico dispara una respuesta de don fases en los humanos así como en igual número en los mamíferos. Durante la fase inicial de protesta, nuestro cerebro se llena con dopamina extra, norepinefrina y compuestos excitantes similares, dejándonos más obsesionados, energizados y desesperadamente enamorados que nunca. Tal ‘atracción de frustración’, ofrece una motivación extrema para recuperar a nuestro ser amado. ‘’Cuando algo es enormemente importante para nosotros, tiene sentido que no nos rindamos tan fácilmente’’. Con la ayuda del escaneo fMRI han comenzado a revelar los implacables caminos neuronales que estimulan tales esfuerzos, Los primeros escaneos de voluntarios que estaban( verdadera, loca y profundamente) enamorados mostraron patrones de activación similares a los que se experimentan cuando se inhala cocaína. Un estudio de seguimiento con individuos que tienen angustia del corazón y recién abandonados por una pareja que todavía aman mostro actividad en lagunas de las regiones básicas encendidas por una adicción. Pero cambio ligeramente de rumbo hacia regiones vistas en jugadores compulsivos que necesitan con urgencia una buena ganancia.

En otras palabras, ante la falta del ser amando parece que nos volvemos tan desesperados como cuando un adicto experimenta el síndrome de abstinencia. Por un momento, por lo menos, las neuronas acostumbradas a las recompensas químicas del amor se vuelven aun más activas cuando tales estímulos es retrasan o no llegan. El sistema se frena a si mismo solo cuando lo que se necesita nunca llega y entonces la desesperanza de la segunda fase de un corazón angustiado, la resignación, entra en acción.

Con el abandono de esperanza sigue un profundo pesimismo y auto recriminación sobre las diferentes maneas en las que nos hemos equivocado. Aunque es demasiado molesto en el momento, los biólogos evolucionistas sospechan que tal introspección forzada es necesaria para que aprendamos de nuestra perdida. ‘’ Cuando has sufrido un buen revés en la vida, de hecho no es saludable sentirse optimista. El dolor y los pensamientos obsesivos de la angustia del corazón nos obligan a echarnos de reversa y verdaderamente pensar las acosas, examinas nuestras estrategias y errores antes de salir corriendo a intentarlos de nuevo’’.

‘’ que siempre ha sido así. El amor no conoce su propia profundidad sino hasta la hora de la separación’’. En mi caso, la poesía de Philip Milito se acerca más a la marca, ‘’deseamos de la misma manera que un perro que ha sido envenenado dos veces ve con ansia un tercer pedazo de carne’’. Esta hambre abrumo mi capacidad para resistir más veces de las que me interesa recordar. En algunas ocasiones, ya entrada la noche, llamaba por teléfono a Gabriela con la esperanza de que confundiera mi bravura cervecera con otra cosa- de lo cual, no estoy seguro. Las pocas veces que llame, ella contesto el teléfono y parecía, por uno o dos minutos, casi amable. Ella reafirmaba que no era yo, sino que los dos nos conocimos en una etapa equivocada de la vida. A partir de ahí, invariablemente se deterioraba. Le pedía lo más calmadamente posible que me diera una segunda oportunidad y cuando ella contestaba que no, defendía mi caso con desesperación en aumento. Cada vez, terminaba con las misma humillación: yo rogando y en lagrimas; ella serena pero inamovible. Después de un tiempo, finalmente dejo de contestar su teléfono. Así que de madrugada pasaba por su apartamento y verificaba si había luz en la recamara o vehículos extraños en su estacionamiento. Durante el último episodio de lo que casi era prácticamente un acecho, subió por las escaleras y alce el brazo para tocar en su puerta, pero algo me detuvo, aunque no estoy seguro de que fue. A pesar de lo irrevocable de la pérdida de su amor, quizá yo sabía que podría resultar mucho peor.

La última vez que vi a Gabriela fue en una reserva natural que solíamos visitar. En esa ocasión yo jugaba volibol con unos amigos, de repente ella se acerco con un sujeto que jamás había visto en mi vida. Ella lucia un sensual bikini, el cargaba con un brazo la hielera y la toalla de playa mientras que con el otro la sujetaba de la cintura contra su cuerpo. Parecía estar compuesto de puro musculo y quijada. Lo desprecie intensamente, sin embargo la odie más a ella. Se dice que lo opuesto del amor no es el odio, sino la indiferencia. Por un momento final, nuestros ojos se engancharon. Los míos seguían quemándose con devoción y hostilidad, pero los de Gabriela devolvieron la mirada sin lastima ni resentimiento, sino con algo cercano a la absoluta indiferencia. En ese horrible instante, tuve mi primera esperanza de que algún día yo pudiera sentí los mismo que ella.

A excepción de los antidepresivos que han demostrado en pruebas clínicas su capacidad para reducir en algunos pacientes los síntomas severos derivados de una ruptura amorosa, los investigadores modernos conceden que no han agregado nada revolucionario a la sabiduría acumulada de los tiempos. Lo que ha comenzado a emerger del laboratorio es un mejor entendimiento acerca de cuáles estrategias añejas verdaderamente son las que mejor funcionan, y por qué.

Toma, por ejemplo, una táctica que ha estado aquí durante milenios pero fue recientemente codificada en los manuales de autoayuda como la regla de ‘no contacto’. La idea no podría ser más sencilla, pues consiste en evitar cualquier interacción con tu antigua amante. Para un tipo con una historia de varias rupturas de corazón este consejo tiene mucho sentido, por lo menos en los momentos de racionalidad. Pero luego las emociones toman el control y describen el curso exactamente opuesto, Entonces, ¿a quién deberíamos de hacerle caso, al cerebro o al corazón?

‘’Al cerebro’’, necesitas tratar la angustia(o congoja del corazón) como la adicción que es, esto significa no llamadas, no cartas, no facebook, no idas al mismo gimnasio que ella.

Resiste también la oferta de una ex de quedas como amigos. ‘’si la persona que te corto quiere seguir como tu amiga, dile q está bien, pero hasta dentro de tres años. Por ahora, necesitas tiempo y espacio para superarla’’. Ya se que tu interludio de curación requiera tres años o tres semanas, no solo desaparezcas de tu vida a esa mujer, sino elimina todas sus tarjetas, regalos, mensajes telefónicos y pertenecías, en resumen, cualquier recordatorio de que alguna vez compartió tu vida. ‘’De lo contrario, es como abstenerse de la bebida mientras colocas botellas frente a tu cara’’.

Y hablando de alcohol, beber para acabar con el recuerdo es una clásica estrategia masculina para lidiar con la tragedia. Pero el problema estriba en que simplemente no funciona. De hecho, como sabe casi toso los que han llorado frente a su cerveza, generalmente empeora las cosas. Por un lado, el alcohol es una droga depresiva; si ya estas triste solamente vas a descender directo hacia una melancolía mucho más infernal. Las dosis del alcohol comparativamente pequeñas también hasn mostrado que fomentan comportamientos impulsivos, agresivos y socialmente inapropiados al deshabilitar los sistemas que normalmente regulan estas conductas. Además, el alcohol es particularmente efectivo para erosionar las buenas intenciones cuando,’ la inhibición de una respuesta está en conflicto con una fuerte instigación para manifestarla’’. Esto, en otras palabras, dignifica que la sufrir un proceso de angustia bajo sobriedad piensas: ’’ tengo tantas ganas de llamarle por teléfono, pero se que esto solo me hará sentir peor’’, Dos cervezas después, piensas, ’’¿Dónde está el teléfono?’’.

El ejercicio es todo un salvador y un bálsamo más efectivo contra la angustia del corazón. Como mencione antes, el rechazo romántico llena nuestro cerebro con hormonas de estrés, como la norepinefrina, que nos pone listos para pelear o huir. ‘’Probablemente también reduzca el nivel de estas sustancias que nos afectan, que da entrada a la depresión e instalación de los pensamientos obsesivos en nuestro cerebro. El ejercicio disminuye el estrés, los científicos creen que ocurre porque el deporte eleva los niveles de serotonina, y agrega en el proceso un bono de endorfinas que sirven para aliviar.

No quiero dar una falsa impresión de la trayectoria de esta angustia, igual que la mayoría de quienes han padecido un cataclismo de este tipo, podrás adherirte a todas las estrategias probadas en el mundo y aun así pasaran semanas o meses sine que experimentes un progreso, un día, alentado por el goteo lento del tiempo y por la insistencias de tus amigos, notas que te has concentrado durante todo un minuto en todo menos en tu antigua amante. Al momento de percatarte de esto, desde luego, tu sufrimiento llega con todo, peor que antes. Mas tiempo transcurre y más sabios consejos. Entonces, mucho más tarde, en un punto indefinido, te percatas de que pasaste una hora libre de tu fantasma. Tu pérdida de peso se nivela. La báscula revela que incluso has recuperado una fracción de libra de las 30 que bajaste. Observas tu rostro en el espejo y te sorprendes ligeramente menos estupefacto por la fealdad que ves.

Una vez más, el alivio no dura mucho, pues algo hará que la recuerdes. A este respecto, el mundo sigue siendo un campo minado por mucho tiempo. Incluso cuando puedes pasar una semana sin que ella este cohabitando en tu cráneo, no estás a salvo. Quizá, como yo, te la encontraras, a pesar de tus mejores esfuerzos por no tener contacto en absoluto con ella. Probablemente este con otro tipo, y al verte podrían sentirse nerviosos. Creías que ya no sentías nada por ella, pero ahora te das cuenta de que falta mucho para eso. Pero te vas aproximando a ese anhelado punto. El dolor parece ser casi igual que el de antaño, pero hay algo diferente. Una costra arrancada revela una nueva lesión. La herida aun duela, pero ya no está fresca ni tan profunda. Y así sigue tu estado, con el torno que gira y que gradualmente va más lento, de tal manera que no puedes discernir el momento ya se detuvo.

Al final de la práctica de nado de 500 metros, me sumergí en la tina caliente para relajarme con mis compañeros de equipo. Me colocaba una bolsa de hielo en el momento que una mujer que no había visto hasta hoy sale de la piscina y se nos acerca, a través de los ventanales, la puesta del sol pinta de naranja su sublime silueta. Por primera vez, después de mucho tiempo, mi corazón se acelera al ver un cuerpo femenino. Es absolutamente hermosa, tiene un cuerpo curvilíneo y además tiene musculo, ojos color verde fantástico, cabello largo, castaño y brillante, labios carnosos. Estoy seguro de que he visto, objetivamente, cientos de mujeres hermosas durante el año y medio a partir del rechazo de Gabriela. Pero eta es la primera que me ha movido el tapete. Me llamo la atención la primera vez mientras estaba en la práctica de natación y, de hecho, en el momento en que choque contra la pared, por estar de mirón por debajo del agua. Esa es la razón por la que me coloque hielo en el hombro. ‘’Hola’’, nos saluda, mientras se mete al jacuzzi y su muslo acaricia mi rodilla, y me pregunto si debo mover mi bolsa de hielo. ‘’ me llamo Lucia’’, dice. ‘’Generalmente nado con el grupo de la mañana’’.

Mis amigos de inmediato quieren impresionarla. Yo ya no recuerdo siquiera como coquetear, asi que solamente saludo e intento disfrutar lo lúdico de la conversación. Un tipo llamado Daniel, aclara que la práctica matutina comienza a las cinco de la mañana. ‘’ ¿Cómo puedes soportar levantarte tan temprano solo para venir a nadar en la oscuridad?’’. Le pregunta a Lucia. Ella sonríe y se encoge de hombros como una niña. ‘’Lo admito’’, dice, mirando hacia la puesta de sol, ‘’la vista se disfruta mas a esta hora del día’’.

‘’Deberías venir más seguido en la noche’’, le propuse sin mirarla directamente a los ojos.’’ Ofrécenos una vista para disfrutar.’’

Por cursi que fuera, mi halago la hizo sonrojarse. Meses después, cuando estamos acostados en la cama y estoy más feliz de lo que jamás recuerdo haber estado, Lucia me dice que fue un halago que en ella encendió la chispa.

Durante lo peor de mi angustia por la ruptura, estaba convencido de que jamás dejaría de sentirme como papel usado. No lo vi en ese momento, quizá estemos construidos para pasarlo por alto, pero un corazón roto se vuelve duro luego de la perdida.’’ Cuando finalmente salimos a flote, nos sorprendemos a nosotros mismos más sabios, bendecidos con mas empatía y con los ojos abiertos hacia el poder que tiene el amor para florecer de nuevo’’, Ahora sé que nada borrara en mi corazón rastros de Gabriela, pero con un nuevo amor no me importa. Estoy agradecido, y solo espero que ella me haya perdonado como yo finalmente la perdone.

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